20 discos para celebrar 20 años de Soma por Xpansul

Los 90 son sin duda una época dorada de la música electrónica de baile, similares en cierta medida a lo que fue el período 66-75 en el Rock. Un período de creatividad sin corsés, en el que la experimentación era un objetivo en sí misma y la búsqueda de sonidos sorprendentes y estructuras musicales inusuales era casi una obligación.

Las posibilidades sonoras del sintetizador, los procesadores de sonido y los módulos de efectos se exprimieron hasta superar muchos de los límites aceptados mayoritariamente en la época; lo mismo ocurrió con las estructuras rítmicas, que superaban la sencillez casi simplista que imperaba mayoritariamente en la música “discotequera” y el pop masivo.

La polirritmia, característica de la música africana, las disonancias y el uso de escalas inusitadas en la música popular se extienden por todo el espectro musical electrónico. Los que nos acercábamos curiosos a estos “nuevos” géneros musicales buscábamos lo extraño, lo imprevisible, cualquier cosa que fuera diferente y que rompiera con la tradición de la música popular establecida en el momento.

Soma Experimental Club aparece en el momento álgido de este período. En aquél “zulo” sudoroso y mágico se podían escuchar y bailar casi todos los géneros y subgéneros que aparecieron o se extendieron en aquellos años de creatividad desmedida: techno, house, electro, drum’n’bass, I.D.M., ambient… incluso hip hop y pop infectados de la nueva sensibilidad artística que la nueva tecnología y el desgaste de las viejas fórmulas imponían.

Todos conocemos los grandes clásicos de la época, muchos de los cuales acabaron por traspasar las fronteras del underground, convirtiéndose en éxitos prácticamente masivos, así que en este artículo vamos a repasar 20 discos de los cuales muchos no recordarán el nombre pero que seguro provocarán un gran escalofrío de gustito cuando los escuchen. 20 discos que son, a mi juicio, fundamentales en la historia de Soma Experimental Club y del sonido electrónico de los años 90 al que el próximo día 19 de Diciembre estaremos rindiendo homenaje en la celebración del XX Aniversario del nacimiento de mi club favorito de todos los tiempos.

A continuación la lista sin orden cronológico ni de importancia:

Autechre – Tri Repetae (WARP Warplp38, 1995)

El tercer álbum del dúo británico compuesto por Rob Brown y Sean Booth apareció en mi vida, como muchos de los discos de los que hablaré hoy, gracias a Flavio, a.k.a. Dj F. Recuerdo alucinar a la primera escucha y comprar el vinilo y el CD. Temas como Dael o Leterel, estarán siempre conectados en mi memoria al olor a incienso, a las diapositivas de X-Flash proyectadas en las paredes de aquel espacio oscuro y abstracto que era Soma medio vacío; aquellas primeras horas en las que la gente iba llegando poco a poco con gesto impaciente y eufórico, intrigados por las sorpresas que depararía la noche.

Varios – In Order To Dance 6 (R & S RECORDS RS96090, 1996)

La sexta entrega de la serie In Order To Dance, del sello belga R&S, se dedicaba íntegramente al Drum’nBass, un género nacido en Gran Bretaña, resultado de fundir la electrónica con la música popular jamaicana. Pero el Drum’n’Bass, como todo género nuevo, mutaría de manera espectacular en sus primeros años. En este recopilatorio, R&S se hace eco de un tipo de Drum’n’Bass elegante, infectado por el jazz y el techno de Detroit, que era el que más se pinchaba en Soma, de la mano de Elesbaan sobre todo. Dj Pulse, Alex Reece, Wax Doctor o Lemond D eran algunos de los artistas que destacaban. Era muy divertido vernos a todos intentando bailar estos ritmos, casi siempre sin éxito.

Concept 1 – Concept 1 96:01 / 96:12 (Concept 1 / Plus 8, 1996)

Richie Hawtin crea esta serie de 12 vinilos a modo de álbum conceptual, lanzando un vinilo al mes durante todo el año 1996. Con este álbum, Richie reduce el sonido de Plastikman a su mínima expresión, siendo una de las piedras angulares del sonido Minimal Techno que habría de invadir todo el espectro electrónico casi una década después. Tenebrismo, psicodelia y funk se dan la mano en esta pieza de coleccionista que a este menda le autografió Hawtin en una visita al club madrileño Fresh.

Studio 1 – Studio 1 (Studio 1)

Otro monstruo de la electrónica de la época era el alemán Wolfgang Voight, artista multidisciplinar y agitador de la escena techno en Alemania desde finales de los 80. El creador de la plataforma Kompakt también quiso desnudar la música electrónica de todo elemento superfluo inspirándose, en su caso, en el Ska y el Reggae jamaicanos. El nombre de la serie es un homenaje a Studio One, sello con sede en Kingston, cuna de los sonidos jamaicanos desarrollados en los años 60 y 70. Poco antes habría sido impensable hacer bailar a la gente con estos temas (sobre todo de los EPs rojo y verde) mientras que en Soma, provocaban incluso palmas, vítores y jaleos.

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