Lori Meyers cierra su triplete en Madrid por todo lo alto

Les han tocado el Gordo de navidad… y por partida triple. Coincidiendo con el mágico día de la lotería nacional, Lori Meyers “cantaron” el número premiado: el 7500, que fue el número de personas que asistieron a sus tres conciertos consecutivos en La Riviera de Madrid, colgando el letrero de ‘sold out’ en todas sus jornadas.

La suerte madrugó el domingo, 22 de diciembre, y se alargó hasta la noche para la banda granadina que, tras dos días saltando sobre el escenario de la mítica sala madrileña, vio como ésta volvía a completar su aforo. Este “triplete” significaría una alegría y un privilegio para los de Loja, teniendo en cuenta el difícil momento por el que pasa la escena musical española. Sin duda, “repartieron suerte” entre el público madrileño, testigo de la predilección que Noni y compañía tienen por el legendaria lugar, por el que hace ya dos años se pasaron para presentar su trabajo ‘Cuando El Destino Nos Alcance’.

A orilla del Manzanares comenzaba la “round 3” del ciclo de conciertos que, cómo no, se hizo notar en Twitter a través del trending topic #3rivieraslorimeyers. Hace dos meses la banda anunciaba un doblete que, ante la gran demanda, se acabaría convirtiendo en una triple jornada y, de paso, un regalo de navidad para el sexteto. A media tarde, el grupo anunciaba vía Twitter a ‘The Teloneros’, quienes serían los encargados de ir calentando el ambiente, como en las dos anteriores noches lo hicieron Bisagra y Pájaro Jack. “Vienen de Granada y molan un huevo! A las 8, puntuales”, avisaban. Así, sobre las 8.15 (al final resultaron no ser tan puntuales) un grupo de encapuchados con gafas se subían sigilosos y casi a oscuras al escenario. El público, precavido, actuaron igual a pesar de que la mayoría de los allí presentes los reconocierían nada más entrar. Eran ellos. He aquí la sorpresa. Comenzaron a cantar temas como ‘Be My Baby’ y ‘Wonderful Life’. Junto a los enigmáticos Lori Meyers, una Anni B. Sweet partícipe de la “broma” (de buen gusto, eso sí).

Durante la media hora que duró esa (al menos para mi y para el público de las primeras filas) evidente incógnita con voces delatoras, los ánimos se mantuvieron calmados aunque muy expectantes. A las nueve comenzó la tercera noche que, visto lo visto en las anteriores, prometía. Y así fue. Ahora sí: lleno hasta la bandera (mala suerte para los más rezagados que se perdieron a “The Teloneros”, que no fueron pocos), la banda granadina pisó el escenario con fuerza de la mano de ‘Intromisión’, manteniendo el listón notablemente alto durante las dos horas que aproximadamente duró el directo, que subía con temas como el aclamado ‘Alta Fidelidad’ y con el que Noni se arrancó flamenco al final y se volvió loco para rematar. Con Planilandia abrieron la presentación de ‘Impronta’ y al piano con ‘Tengo un Plan’. El setlist incluyó también Zen e Impronta, y los toques de batería de Alfredo sobresalieron en ‘Una Señal’.

En ‘Luces de Neón’, con sus luces de rigor, también llegaron a un público muy emocionado, cuya entrega fue a más con ‘Emborracharme’, la clave fiestera de ‘Impronta’, con confeti incluido. Poco antes, nos invitaban a buscar un lugar mejor en ‘Huracán’, descargando Noni todo el sudor sobre el teclado, e hidratándose a continuación con la cerveza que siempre le aguardaba a los pies y que en más de una ocasión le hizo un favor.

Aproximadamente en su ecuador, dio las gracias a los asistentes y a continuación nos consolaron con ‘El Tiempo Pasará’. Con ‘De Súperhéroes’, Noni puso todo su sentimiento para, seguidamente, desatarse la locura con los primeros ritmos de ‘Alta Fidelidad’, bajándose al público. Desatado (y descamisado), lanzó su corbata a una sala abarrotada.

“No encontramos un lugar en Madrid en el que nos encontremos mejor”, afirmaba Noni, cantante de Lori Meyers.

Sin agotar todavía los cartuchos, y con unos siempre bienvenidos bises, los Lori Meyers continuaron el directo con la dulce Annie B. Sweet en ‘Despedirse’, quien salió y entró al escenario tímida dando las gracias, a pesar de que su voz se vio algo tapada por el rumor de la gente. En ‘Deshielo’, el público parecía no callarse del todo hasta que la potente voz de Noni irrumpió, en contraste con la de Annie. Indudablemente, pasamos por distintos estados de ánimo que prosiguieron con ‘Luciérnagas y Mariposas’, tema en el que la gran mayoría se arrancó a cantar… y a bailar con ‘A-Sinte-Odio’, que mantenía a la gente en movimiento. El colofón llegaba de la mano de temas como ‘Religión’, sin soltar el piano pero sí un ‘hala Madrid. Con ¿Aha Han Vuelto? cobraban protagonismo las tres bolas de cristal que reinaban en el epicentro de la sala y agitaba al público más si cabe, augurándose el final.

‘Mi Realidad’ significó el colofón a una velada redonda que fue de menos a más aunque sin grandes sobresaltos en cuanto a intensidad y emoción del público, que finalizó en locura con más cañonazos de confeti que vestían el ambiente de más luz y fiesta. Regalaron púas y alguna baqueta al público y, para más inri, nos dejaron un “bonus track” con tintes navideños con la interpretación de ‘La Caza’ de Juan y Junior.

Noni se despidió con unos gestos señalándose al corazón, agradecido. Y no era para menos. Lejos de dosificar su energía, los anillos de ‘Impronta’ que guardaban sus espaldas fueron testigos de la energía prácticamente constante de los granadinos por tercer día consecutivo en La Riviera, y eso la gente lo tuvo en cuenta. Para terminar, el grupo se puso de espaldas a las 2500 personas allí presentes para hacerse una multitudinaria foto que seguro que quedará para el recuerdo. No era para menos. Por cierto, para los que no estuvieron allí, Noni se despidió con un “dadle recuerdos a vuestros familiares”. De tu parte.