Review: Muse – Drones

Apenas ha pasado una semana desde el lanzamiento de ‘Drones’ y Muse ha vuelto a colarse en el destacado top chart oficial británico. Y ya van cinco. El álbum ha recibido críticas diversas, de hecho, algunos seguidores rechazaron el nuevo concepto de teoría conspirativa (otra más) que envuelve al ya séptimo material de los ingleses, pero está claro que han ganado a los más escépticos. La tecnología y los gobiernos, siempre todopoderosos, escriben la lírica de ‘Drones’, un disco lleno de ficción y realidad no apto para todos los públicos. Your ass… belongs to me… cantan. Y se atreven con más, si no, escuchen.

Muse, el trío que llena estadios desde hace años y no parece quererse bajar del pódium, regresa a sus orígenes para dicha de sus fans, y ‘The Handler’ o ‘Defector’ son una muestra de ello. Recordando sus declaraciones de hace unos meses asegurando que la cosa se ponía “heavy”, ahora podemos dar fe de aquello. No faltan las heavies guitarras, ni siquiera la base electrónica y, cómo no, la épica.

En ‘Drones’ hay de todo lo que nos gusta: fuerza, vigor, paranoia, conspiración… y mucho rock, aderezados con estribillos pop y con claros guiños a Queen… ¿y U2? Por fin, Muse ha vuelto a añadir en su ideario nuevos himnos, esos grandes himnos que echamos de menos en ‘The 2nd Law’ (2012), su LP predecesor. Por entonces, aterrizaban con un rock “espacial”, pero en esta ocasión ponen el puño sobre la mesa, arrasando con sus pesadas guitarras y aires destructivos.

El disco cuenta con una lista de doce temas que abre con ‘Dead Inside’, el primer single oficial. Si en su primer adelanto, ‘Psycho’, nos encontramos con un rugido aterrador, ‘Dead Inside’ se torna más emocional y terrenal, combinando sintetizadores y percusión con maestría. El disco tiene temas que te volverán a hacer sentir en cierta manera como en ‘Showbiz’ o ‘Absolution’.

Por su parte, ‘Mercy’ nos trae influencias de Queen y una base instrumental de la que ya nos enamoramos en “Origin of the Simmetry’. Este ‘Drones’ evoca a tiempos pasados, lo que muchos fans reclamaban, tanto que incluso temas como el ya mencionado ‘Psycho’ nos suena a ‘Uprising’ y ‘Mercy’, a ‘Starlight’. Y, puestos a seguir comparando, ‘Dead Inside, a ‘Undisclosed Desires’.

“Este disco explora el viaje de un humano desde su abandono y pérdida de esperanza hasta su adoctrinamiento por el sistema para ser un drone humano, para la eventual deserción de sus opresores. El mundo está dirigido por drones utilizando drones para convertirnos a todos en drones», explicaba sir Bellamy sobre el concepto del material.

Bellamy, Dominic Howard y Christopher Wolstenholme han dirigido sus drones hacia la crítica del poder de la tecnología y la manipulación de los humanos por las altas esferas con otros temas como ‘Reapers’, un tema altamente heroico que antecede a ‘The Handler’, oscuro y ensordecedor. ‘Defector’ es, sin duda, una de las mejores pistas (con un interludio llamado ‘JFK’), con una nueva alusión a Queen y con una lírica que reza: “Free, yeah, I’m free”. También hay más arrebatos para la salvación en ‘Revolt’, aunque la canción no sea precisamente de las mejores del disco.

Para acabar, Muse encuentra un punto de inflexión con ‘Aftermath’, una balada de rock de estadio pero menos rimbombante, con un Matt Bellamy sobrio y humano. Casi cerrando el álbum, nos traen la progresión de ‘The Globalist’, diez minutos de intento de ‘Exogenesis’ con unas transiciones explosivas marcados por unos riffs que no encaminan a otro sitio que al infierno. Es una secuela del tema ‘Citizen Erased’ (del disco ‘Origin of Simmetry’, 2001). La pista homónima baja el telón de un trabajo que reconfortará a los seguidores de siempre. La canción ‘Drones’ vendría a significar eso de “después de la tormenta, llega la calma”, con una paz y sosiego que abruma y que contradice al resto del disco.

Si con ‘The Second Law’ algunos sentenciaban “Muse ha muerto”, con ‘Drones’, Muse ha resucitado, muy consistentes y dando guerra.