C. Tangana trabaja su ego en Madrid

Esta es la historia de un artista de moda que ficha por una internacional. De un madrileño que firma “el contrato más caro del to’ el gremio”. C. Tangana trajo su concepto artístico una vez más a la capital, reavivando por segunda noche consecutiva su particular concepto musical en la Riviera madrileña.

A las 21.45 salía entre humos y artificios a lo alto y ancho del escenario. Desde el primer minuto, los potentes visuales y su recurrente discurso narcisista ya hacían vislumbrar la ostentosidad de la velada. De principio a fin se mantuvo el fervor ante su idea de “Ídolo” como concepto de espectáculo. “Hace un año me propuse construir un ídolo, pero el único ídolo que se respeta es el ídolo muerto”, proclamaba.

Por eso interrumpió en un par de ocasiones su “Mala Mujer” mientras aparecía en escena un personaje que le pegaba un tiro… Pero prosiguiendo con su abortado hit al ser revivido por su crew de Agorazein. Una historia en escena que no hay que pasar por alto para entender cómo C. Tangana pretende acabar con ese ídolo o, al menos, con la idea que se entiende de él.

Sus temas tuvieron una vitoreada acogida, empezando por “Caballo ganador” o “Intoxicao”. No faltaron sobre la pista dos sensuales bailarinas, performance que se repitió en rol masculino en “Pop Ur Pussy”. El show también se nutrió con otra declaración de intenciones: “No sé si me estoy volviendo loco, pero tengo la sensación de que la gente me imita, me sigue, de que estoy metido en un sistema. Tienes que tener cuidado con las ratas”. Mientras, el escenario se llenaba de dobles con su cara persiguiéndole, la misma con la que empapeló Madrid y Barcelona días antes para la promoción de su mixtape “Avida Dollars”. Así es cómo llevó la idea sobre el escenario.

Aún no nos queda claro si se considera más músico o empresario, pero lo cierto es que su frase de “hacer dinero es un arte” no lo encamina tanto a la parte puramente musical. Para empezar, no esconde casi el inexistente directo de sus conciertos. La música es un mero acompañamiento en un show donde predominan los artificios como parte de su identidad artística. El apoyo de Agorazein, su colectivo de negocios y música, como él mismo afirma, se hizo notar en un par de ocasiones dentro de su discurso: bajo y guitarra, arriando banderas, reviviéndole de los malos en el previo de “Mala Mujer” y el tema “Llorando en la limo”, el cual cerró la velada.

Tampoco faltaron billetes volando en “Baile de lluvia” y otras vanidosas referencias como factor común en cada tema. “Inditex”, “Persiguiéndonos” o la feminista “Guerrera” no faltaron en un setlist agresivo y aplaudido, y que coronó al madrileño en su doblete en la capital. No hay duda de que su particular fiesta no ha hecho más que empezar.