Review: Jon Hopkins – Singularity

Jon Hopkins pone en circulación su nuevo disco «Singularity», 9 canciones y una poco más de hora de duración han sido suficientes para que el artista británico vuelva a demostrar su grandeza.

Como ya hemos comentado en alguna ocasión, a veces, seguir una senda marcada, ofrecer al público lo que espera de ti, no es nada malo si lo que haces es un estilo que tu mismo has perfeccionado y que lleva tu marca impregnada, por lo que tampoco echamos en falta que Jon Hopkins no haya querido investigar nuevos sonidos.

«Singularity» nos ofrece más Hopkins en estado puro, una clara continuación de su anterior álbum «Inmunity» con el que vuelve a hacernos volar la vente con su electrónica cinemática que consigue de nuevo desconcertarnos por momentos y hacernos soñar en otros.

La canción que da nombre al disco es la encargada de abrir esta jugosa nueva apuesta musical de Jon Hopkins, un tema que durante sus cuatro primeros minutos se convierte en una interminable, y grandiosa, introducción con un arpeggio que te atrapa hasta que finalmente termina por romper, le sigue la gran «Emerald Rush», la primera canción que nos adelanto del disco y que refleja toda la esencia que se esconde en él.

Los ritmos entrecortados con baterías que parecen descordinadas pero que tienen un gran orden dentro de ese mundo caótico e imprevisible que nos ofrece Hopkins en cada entrega, siguen siendo la línea transversal que marca «Singularity», y lo comprobamos rápidamente con el siguiente corte del trakclist «Neon Patter Drum».

En «Everything Connected» se pone épico y eleva la duración del corte a los diez minutos, no será la canción más larga del álbum ya que «Luminous Beings» roza los doce minutos, ambos son dos portentos para la pista de baile, algo más esta última.

«Feel First Life» sirve como punto de inflexión del disco, la canción puramente melódica nos da un respiro de su electrónica distópica para ofrecernos una segunda parte en las armonías dotadas de alma, como en «C O S M», y el piano, cobran una mayor relevancia, mostrándonos en canciones como «Echo Disolve» o «Recovery», el lado más emocional del artista.

Jon Hopkins vuelve a firmar un disco brillante, al que pocas pegas se le pueden sacar a «Singularity», un disco que vuelve a ser 100% Hopkins.

Jon Hopkins – Singularity